Por el Teniente Waldo Avendaño, subcomisario de Carabineros Paillaco
En el ejercicio diario de nuestra labor como Carabineros, muchas veces nos centramos —por necesidad— en números, operativos, procedimientos y resultados. Pero en medio de todo eso, hay un valor que no se puede medir con cifras, y que sin embargo es el más importante para que todo funcione: el cariño de la comunidad.
Desde mi rol como subcomisario en Paillaco, he podido ver cómo las puertas se abren cuando nos acercamos con respeto, con humildad y con vocación. La comunidad no solo espera seguridad; espera ser escuchada, comprendida y acompañada. Por eso, creo firmemente que para mejorar nuestra labor policial, primero debemos reconstruir esa relación de confianza y afecto con nuestros vecinos.
Y no lo decimos solo desde la experiencia local, sino también porque así lo ha dispuesto nuestro General Director, quien nos ha entregado una orientación clara: debemos recuperar los barrios y la confianza de la gente. Este mandato nos invita a salir a terreno, a mirar de frente, a conversar, a compartir y a construir en conjunto con la ciudadanía.
No hay prevención sin presencia. No hay cercanía si no saludamos. No hay cooperación si no confiamos. Cuando la gente siente que Carabineros está para servir, y no solo para controlar, cambia la mirada, cambia el trato… y cambia el resultado.
El cariño no es un lujo ni una estrategia comunicacional. Es una necesidad operativa y ética. Un carabinero que se gana el afecto de la comunidad trabaja mejor, se siente respaldado, es más eficiente y también más humano en su actuar. Y una comunidad que quiere a sus carabineros, coopera, denuncia, cuida y defiende su propia tranquilidad.
Paillaco nos ha enseñado que cuando volvemos a lo básico —la conversación, el saludo, la caminata en el barrio, la charla con la junta de vecinos— estamos construyendo algo mucho más grande que seguridad: estamos construyendo comunidad.
Hoy más que nunca, necesitamos recuperar ese cariño. Porque sin él, no llegamos a ninguna parte. Pero con él, todo es posible.
Carabineros de Chile… Carabineros de todos.